Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol
Recia construcción levantada en piedra en dos fases constructivas. La primera, en torno a 1543 corresponde a la intervención de Juan de Saravia, maestro de obras de Rodrigo Gil de Hontañón en la cerca iglesia de Santiago de Cigales.
En 1585 se hace cargo Alonso de Tolosa, que termina la obra en estilo más cercano al clasicismo herreriano realizando el remate de los pies con un sotocoro dividido por pilastras en tres espacios y dos tramos y el cierre de los pies. En 1645 se le añade la impresionante escalinata que la une con la parte baja de la población.
Interior
Se trata de un edificio de estética gótica. Su estructura presenta una cruz latina con los brazos del crucero poco desarrollados. Al interior muestra una sola nave, dividida en dos tramos y coro alto con sotocoro a los pies.
Su cabecera dibuja un plano poligonal con contrafuertes al exterior que se corresponden con cubierta de crucería estrellada de la capilla mayor, precedida por un amplio tramo presbiteral y cierre con un arco triunfal apuntado.
La nave central y los cruceros presentan cubiertas de crucería con terceletes, reforzadas al exterior por contrafuertes. Esta cubrición se repite en el baptisterio, situado en el lateral del Evangelio y en su interior se conserva la pila bautismal procedente de San Miguel desde la orden dada por el visitador del obispado en 1618.
Su estética, por tanto, refleja un goticismo tardío en consonancia con sus detalles, como los ventanales, de medio punto con apoyos fasciculados típicos de obras tardo medievales, en clara evolución estética a formas más modernas.
Recia construcción levantada en piedra en dos fases constructivas. La primera, en torno a 1543 corresponde a la intervención de Juan de Saravia, maestro de obras de Rodrigo Gil de Hontañón en la cerca iglesia de Santiago de Cigales.
En 1585 se hace cargo Alonso de Tolosa, que termina la obra en estilo más cercano al clasicismo herreriano realizando el remate de los pies con un sotocoro dividido por pilastras en tres espacios y dos tramos y el cierre de los pies. En 1645 se le añade la impresionante escalinata que la une con la parte baja de la población.
Interior
Se trata de un edificio de estética gótica. Su estructura presenta una cruz latina con los brazos del crucero poco desarrollados. Al interior muestra una sola nave, dividida en dos tramos y coro alto con sotocoro a los pies.
Su cabecera dibuja un plano poligonal con contrafuertes al exterior que se corresponden con cubierta de crucería estrellada de la capilla mayor, precedida por un amplio tramo presbiteral y cierre con un arco triunfal apuntado.
La nave central y los cruceros presentan cubiertas de crucería con terceletes, reforzadas al exterior por contrafuertes. Esta cubrición se repite en el baptisterio, situado en el lateral del Evangelio y en su interior se conserva la pila bautismal procedente de San Miguel desde la orden dada por el visitador del obispado en 1618.
Su estética, por tanto, refleja un goticismo tardío en consonancia con sus detalles, como los ventanales, de medio punto con apoyos fasciculados típicos de obras tardo medievales, en clara evolución estética a formas más modernas.
Exterior
Puerta en arco de medio punto, a los pies, con clavos y herrajes antiguos. Otra puerta en arco de medio punto en el lado de la Epístola.
En el lateral del Evangelio del presbiterio se yergue una Torre de piedra, de tres cuerpos con paramentos clasicistas austeros, levantada sobre una anterior medieval.
La fachada, situada a los pies, presenta una estética clasicista con un acceso en arco de medio punto bajo un entablamento enmarcado por dos semicolumnas. Sobre ella, cegados al estar empotrados en el muro, un arco conopial, un hueco de medio punto renacentista y una aspillera abierta.
A los lados se observan los arranques de un tramo inacabado en el que se muestras los inicios de las nervaduras de una bóveda de crucería y unas columnillas que servirían como apoyos de un sotocoro.
En el lado de la Epístola se conserva, en el tramo medio, una portada clasicista, muy similar a la de la fachada de los pies. En el tramo del presbiterio se encuentran restos de un acceso y diferentes testigos de arquitectura, se trata del antiguo acceso desde la iglesia a la capilla de los Rivadavia, que fue derruida.
Catálogo Monumental
De las obras del interior de la iglesia destacan el retablo mayor de estilo barroco y dedicado a San Pedro, obra de Pedro Correas con tallas de Francisco de Sierra; la sillería en madera de nogal atribuida a la escuela de Juan de Juni; el retablo de San Cristóbal, una obra singular por su fábrica entre relieve y escultura y la Colección de Arte Sacro, un conjunto de piezas etnográficas, litúrgicas y artísticas que abarcan de los siglos XVI al XX.
Nave del Evangelio
Apoyado en el esquinazo del cruce con la nave central un Púlpito con sombrero del XVIII.
En el crucero se sitúan dos retablos y el acceso a la torre.
Retablo de la Virgen Dolorosa, gemelo de otro situado en el otro lado del crucero, ambos fueron un regalo del conde de Ribadavia en 1763, según consta en la documentación de la iglesia. En el cuerpo central la figura de Cristo Crucificado y una pequeña Virgen de los Dolores del siglo XVIII. En el remate una pintura de Cristo Salvador bajo el escudo del mecenas.
Retablo San Cristóbal, es decir el portador de Cristo, del siglo XVI. Se trata de una obra de grandes dimensiones en el que, en un armario muy clasicista de un solo cuerpo, se coloca en alto relieve la figura del patrono de la obra con el niño a cuestas atravesando un río caudaloso. Camina por el agua apoyado en el tronco de la palmera en el que se ha convertido su cayado para tener el sustento de los dátiles.
Se observa gran cantidad de peces y la clásica figura del ermitaño con hábito, que observa la escena desde la orilla y que aporta la metafórica luz del conocimiento de la fe cristiana con su farol.
En el remate se sitúa un Calvario que debe proceder de otra obra y que muestra una gran calidad en su realización.
Presbiterio
A ambos lados se sitúan los sitiales de una sillería de coro del siglo XVI que en su momento asentó en el coro superior su autor, Pedro de la Cuadra. Se trata de una obra muy romanista, de estética clásica, pero de una gran calidad técnica a pesar de su austeridad decorativa.
Sobre el muro de la Epístola se puede observar un Cristo Crucificado de pequeño tamaño del XVIII.
Retablo Mayor de San Pedro localizado en el centro de la zona del altar, es una obra del XVIII que sustituyó a otro anterior del XVI y que debió de estar realizado a base de obra pictórica, ya que se certifican diferentes intervenciones para el mantenimiento de la misma.
Terminado en 1742 por el maestro ensamblador Pedro de Correas, con taller en Valladolid. Presenta forma de cascarón para adaptarlo al espacio de la cabecera. Tiene una estética barroca muy decorada con hojarascas, escudos y ángeles. Se estructura con dos cuerpos sobre amplio banco, en el que se abren dos puertas y un teatral hueco para el sagrario y pronunciado ático. Se levanta con tres calles, divididas en el cuerpo central con dos enormes columnas de orden gigante y pronunciados entablamentos.
El cuerpo central tiene dos calles laterales con hornacinas, la superior más amplia, en las que en el lado del Evangelio se sitúa San Miguel arriba y San José con el niño debajo. Enfrente San Roque y debajo san Juan Bautista. En el centro, bajo relieve de Tiara con las llaves, San Pedro Ex Cátedra, obra de Francisco de Sierra de 1743.
En la parte superior alto relieve de Nuestra Señora de la Asunción, obra de Bernabé López de 1772 flanqueada por dos ángeles y remate con el Espíritu Santo en Gloria.
Gabriel Fernández doró la obra en 1775. A ambos lados, sobre la parte alta del muro se encuentran dos relieves con los escudos coronados de la rama castellana de los Ribadavia.
Nave de la Epístola
Retablo de San Antonio de Padua, gemelo del retablo de la Dolorosa de la nave del Evangelio, citado como regalo del conde de Rivadavia en 1763. En su cuerpo central escultura de San Antonio de Padua del XVIII, de la escuela de Tomás de Sierra y como remate, una pintura de la Virgen.
Situado contra el muro del presbiterio, el Retablo de la Virgen del Rosario, obra rococó del XVIII. Se estructura con un solo cuerpo y tres calles separadas por semicolumnas, con una imagen de vestir de la titular del XVII en el centro y a ambos lados las imágenes de Santa Ana y San Joaquín del XVIII y buena factura. En el remate, una pequeña figura de la Inmaculada del XVIII.
De época decimonónica es la imagen de una Virgen Dolorosa que se encuentra en una hornacina.
En el muro se coloca sobre un pedestal una pequeña imagen de la Virgen Inmaculada de finales del XVIII.
Baptisterio
Se sitúa una pila bautismal del XV y una imagen de la Virgen de la Esperanza del siglo XVII.
Coro
A modo de sala expositiva, este amplio espacio recoge obras de diferentes épocas en vitrinas, donde destacan algunas obras orfebres, un busto relicario y crucifijo de marfil filipino del XVII.
Junto a ellas un San Pedro del XVI, muy posiblemente la imagen que presidía el retablo original y una Virgen de la Merced del XVIII.





























